La calle 5 de Mayo comienza en Bellas Artes y termina en Catedral. Se trata de una de las calles que necesitó de más derribo. Su nombre dice mucho más de lo que parece, pues en 1861, al verse desocupados los edificios religiosos por la desamortización de los bienes eclesiásticos, una parte de la ciudad pareció de pronto tomada por fantasmas. Juárez y los suyos pensaron que mantenerlos vacíos era una invitación al regreso del clero; así, se derribaron conventos y casas y surgió la avenida 5 de Mayo.
En 1901, Porfirio Díaz y sus secretarios decidieron derribar el Teatro Nacional para que esa calle abriera un camino al futuro del nuevo teatro, Bellas Artes, así como a la Alameda y el Paseo de la Reforma. Esta demolición se llamó en París embellecimiento político y lo inventó Haussman, que convirtió a París en una ciudad moderna, dejando atrás a la vieja ciudad medieval. Ese embellecimiento tenía una razón política: grandes avenidas para sofocar, si fuera necesario, las rebeliones. En esas avenidas surgía una identidad nueva: los pasajes y los cafés. El París y La Pagoda fueron parte de ese cambio.